Si amas a un Maestro, empiezas a oír su música, la música de su ser.

Incluso por medio de sus palabras empiezas a oír el mensaje sin palabras, empiezas a oír..., escuchar los intervalos entre las palabras; empiezas a leer entre líneas. Poco a poco las palabras se vuelven transparentes; entonces no ocultan: revelan. Pero para eso son necesarios confianza y amor. Para eso es necesario ser un discípulo. La otra noche estuvo aquí un nuevo sannyasin, Kavio; un hombre hermoso con gran potencial. Ha venido aquí con su amada. Ella es también una mujer hermosa. Quiere mirarme a los ojos, y todavía no es una sannyasin. Kavio me preguntó sobre ello, y tuve que decirle que a menos que sea una sannyasin, incluso si me mira a los ojos, no podrá ver nada.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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