«Me alegra que haya usted venido espontáneamente, sin ser invitado, y si está dispuesto tal
vez podamos continuar con nuestra conversación acerca de la mediocridad y de su vida futura. Podemos ser excelentes en nuestra profesión; no estamos afirmando que hay mediocridad en todas las profesiones; un buen carpintero puede no ser mediocre en su trabajo, pero en su cotidiana vida interna, en la vida con su familia, puede serlo. Ambos entendemos ahora el significado de esa palabra y debemos investigar juntos su profundidad. Hablamos de la mediocridad interna, de los conflictos, problemas y afanes psicológicos. Puede haber grandes científicos que, no obstante, viven internamente una vida mediocre. ¿Qué va a ser, pues, de su vida? En ciertos aspectos es usted un estudiante capaz, pero, ¿para qué usará su cerebro? No hablamos de su profesión, eso vendrá más tarde; lo que debe interesarnos es el modo en que va usted a vivir. Desde luego que no va a ser un criminal en el sentido corriente de esa palabra. Si es sensato, no será un pendenciero, son demasiado agresivos. Probablemente obtendrá un buen empleo y hará un trabajo excelente en cualquier cosa que decida hacer. Dejemos, pues, de lado todo eso por el momento; pero internamente, ¿cuál es su vida? ¿Cuál es, internamente, su futuro? ¿Va a ser como el resto del mundo, siempre a la caza del placer, siempre perturbado por docenas de problemas psicológicos?».
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .