Nunca he dicho que una mente libre no tenga deseo. Después de todo, ¿qué mal
hay en el deseo? El problema se presenta cuando él crea conflicto, cuando quiero ese bonito coche que no puedo tener. Pero ver el coche, la belleza de sus líneas, el color, la velocidad que puede alcanzar, ¿qué mal hay en ello? Ese deseo de observarlo, de mirarlo ¿es malo? El deseo sólo se vuelve apremiante, compulsivo, cuando quiero poseer la cosa. Vemos que el ser esclavo de cualquier cosa, del tabaco, de la bebida, de un particular modo de pensar, implica deseo, y que el esfuerzo para romper con la costumbre también implica deseo. Y así, decimos que hay que llegar a un estado en que no haya deseo. ¡Ved cómo amoldamos la vida a nuestra pequeñez! Y en consecuencia nuestra vida llega a ser una cosa mediocre, llena de oscuros rincones y temores ignorados. Mas si comprendemos todo eso de que hemos estado hablando, por verlo efectivamente, entonces creo que el deseo tiene un sentido del todo distinto.
Jiddu Krishnamurti . El Estado Creativo de la Mente .