Por eso es por lo que mi corazón ha recibido una herida que no se
puede curar con nada en la tierra, ya que esta herida es parecida a la que se le ha asestado al reino de la verdad. Además, yo no buscaré en la tierra el remedio para la herida de mi corazón. Buscaré este remedio en el reino de la verdad, porque es la única que ha podido vencer al enemigo y puede curar todas las heridas. Hasta el reino de los cielos llora y está lleno de tristeza desde que el mal ha vertido su veneno y el príncipe de las tinieblas se ha sentado en el tribunal. ¿Cómo no iba a estar triste y lloroso el corazón del hombre, si el reino de los cielos y el corazón del hombre están unidos por una alianza que los hace como inseparables? En esta alianza que los hace como inseparables es donde se encuentra también el único consuelo que se ha hecho para el hombre, ya que los llantos del reino de Dios, al penetrar en mi ser, le dan la inteligen- cia, lo mismo que los llantos de la vid dan claridad a nuestros ojos corporales.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .