En ese momento te sientes muy gozoso, y debido al gozo haces una reverencia; no
a un Dios. Recuerda: no hay necesidad de creer en un Dios. Simplemente haces una reverencia de gratitud, tu reverencia no tiene objeto. Simplemente haces una reverencia al ver que recae sobre ti semejante alegría infinita sin ninguna razón en absoluto, y no eres digno, no la mereces, no te la has ganado; ¿cómo vas a seguir sin darle las gracias de corazón a la existencia? Tu cabeza hace una reverencia; te entregas. Te acuestas en la tierra en absoluto silencio, con el corazón palpitante, latiendo con éxtasis. Tu respiración tiene un ritmo diferente, una melodía diferente. Toda tu energía está bailando, fluyendo. Has entrado en armonía con la existencia. Esto es lo que llamo oración, no lo que se hace en las iglesias y los templos. Eso es como de loros, es formal. No tiene nada que ver con la oración verdadera. Y esta oración cura, esta oración es terapia real.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .