Una persona incapaz de enfadarse tampoco podrá amar, porque para ambas cosas hace falta pasión,

y es la misma pasión. La persona incapaz de odiar tampoco podrá amar; ambas cosas van unidas. Su amor será frío. Y debemos recordar que más vale un odio cálido que un amor frío. Al menos es humano, tiene intensidad, tiene vida, respira. Y quien ha perdido la pasión será una persona sosa, anquilosada, como muerta, y toda su vida será pura cólera. No la expresará, sino que seguirá reprimiéndola. La cólera se irá acumulando, una capa sobre otra, hasta que simplemente sea una persona colérica. No hay más que ver a los llamados mahatmas y santos: son personas coléricas. Creen haber controlado su cólera, pero ¿qué se puede hacer con una cólera controlada? Tragársela. Y entonces, ¿adonde va a parar? Es algo tuyo, forma parte de ti, y en ti seguirá, sin expresión.

Osho . El libro del ego .

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