Alma del hombre, piensa en cuidarte, en limpiarte meticulosamente, ya que estás destinada a recibir
a semej ante huésped. Piensa que debes ser el espejo del eterno, sí, el espejo, el reflejo activo de su amor. Aunque no pases, por decirlo así, más que un día en la tierra, ya es tiempo suficiente para observar y conocer no sólo cuál es la meta de tu existencia, sino también cuál es el camino que se te ha marcado para mantenerte en el puesto, cualquiera que sea, que quiera confiarte la sabiduría suprema durante esta estancia pasajera.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .