El cuerpo astral de un hombre espiritualmente desarrollado está compuesto de las partículas más sutiles

de cada sub división de materia astral, con preponderancia de las calidades más elevadas. Ese cuerpo forma, pues, un objeto admirable de luz y de color. Tonos desconocidos en la tierra nacen en él bajo los impulsos que preceden de la inteligencia purificad.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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