Las herramientas del herrero participan asimismo de ese carácter sagrado. El martillo, el fuelle, el

yunque, se revelan como seres animados y maravillosos: se supone que pueden obrar por su propia fuerza mágico-religiosa, sin ayuda del herrero. El herrero de Togo habla, refiriéndose a sus herramientas, del «martillo y su familia». En Angola el martillo es venerado por ser el que forja los instrumentos necesarios para la agricultura: se le trata como a un príncipe y se le mima como a un niño. Los ogowe, que no conocen el hierro y, por tanto, no lo trabajan, veneran al fuelle de los forjadores de las tribus vecinas. Los mossengere y los ha sakate creen que la dignidad del maestro herrero se concentra en el fuelle6. En cuanto a los hornos, su construcción está rodeada de misterios y constituye un ritual propiamente dicho. (Véanse más adelante, pp. 53 y ss.).

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

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