Pero la lentitud del tiempo no debe hacer que no llegues a tu meta por

im- paciencia. Fíjate en la lentitud con que se forman las piedras de las canteras. Si no pasas del mismo modo una larga serie de periodos progresivos, no sentirás que se deposita en ti una gran cantidad de sustancias reales y que se consolida de forma adecuada para poder formar esta piedra angular de la iglesia. En estas sustancias, mezcladas y consolidadas de esta manera, se acumula el fue- go de vida y, cuando tiene su medida completa, fermenta, produce una explo- sión que rompe sus barreras, se inflama y se hace para siempre inextinguible.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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