En el ser humano no desarrollado, o en los grupos de hombres que están muy
abajo en la escala racial como así también en los animales, prevalece mucha percepción síquica debido a que el centro sacro anima la vida del plano físico y el centro plexo solar rige la naturaleza síquica. En estos casos los centros superiores están pasivos y no se han desarrollado. El plexo solar constituye para los mundos de la percepción inferior psíquica lo que el cerebro está destinado a ser en los mundos de la comprensión síquica superior. En un caso tenemos un centro de energía tan poderoso que impele al hombre a un estado de conciencia fundamentalmente astral, rigiendo así la vida sexual desde el ángulo de la conciencia sensoria; en el otro tenemos una estrecha identificación entre el centro coronario de materia etérica, y el cerebro de sustancia física, de manera que un órgano que es definidamente físico funciona armónica, exacta y sincronizadamente con su contraparte subjetiva, registrando impresiones provenientes del centro coronario y de los mundos con los cuales ese centro ha puesto al hombre en contacto. Entonces ambos se convierten en uno.
Alice A. Bailey . El Sexo .