Ésa sigue siendo nuestra ley. a pesar de nuestra caída, y ésa seguiría siendo nuestra
esperanza si. como el hombre nuevo. no nos levantásemos ni un solo día de no hacerlo con el deseo y la decisión de elevar un altar a una virtud y de no abandonar la obra hasta que ese altar estuviese consagrado y tuviesen en él plena actividad las ceremonias santas.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .