Hay que entrar en el ritmo de la existencia. Cuando estás acompasado con la existencia,

tus ojos están abiertos, y entonces, por vez primera, ves. Y ese ver es una transformación, ese ver te cambia, hasta la raíz. Ese ver se convierte en una nueva visión, una nueva vida, una nueva gestalt. Entonces ya no estás confinado por tu cuerpo, ya no estás confinado por tu mente, ya no estás confinado por nada en absoluto. Entonces eres ilimitado, infinito, eterno. Y sentir fluyendo en ti esa eternidad es conocer a Dios; ver este infinito extendiéndose en el pasado eterno y en el futuro eterno es ver a Dios. Sentir la divinidad dentro de tu propio ser es conocer a Dios. Esto no puede ser de segunda mano.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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