No escucharás, por tanto, esa voz engañosa que querría detenerte en tu obra y hacer
que bajases de tu cruz y te animarás con un celo ardiente que no conocerá ningún obstáculo y que no se permitirá ningún descanso, mientras no se cumpla tu obra y tus ojos espirituales no se queden atónitos ante prodigios cien veces mayores que los que podría ofrecer la materia. Con esto desconcertarás por completo los proyectos del enemigo de toda verdad, que no pretende más que detener el progreso de las verdaderas medidas, para hacer que prosperen las falsas.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .