Era una mañana agradable, llena de actividades extrañas desarrollándose en la tierra. Todas esas pequeñas

criaturas vivas, corriendo de un lado a otro en busca del sustento matutino la ardilla, la tuza. Comen las tiernas raíces de las plantas y son bastante destructivas. Un perro puede matarlas rápidamente de un mordisco. Todo está muy seco, las lluvias han pasado y se han ido para volver quizá dentro de cuatro meses o más. Abajo, el valle todavía se ve resplandeciente. Es extraño el silencio meditativo que cobre toda la tierra. A pesar del ruido de las ciudades y del tráfico, hay algo sagrado que es casi palpable. Si uno está en armonía con la naturaleza, con todas las cosas que nos rodean, entonces está en armonía con todos los seres humanos. Si uno ha perdido su relación con la naturaleza, perderá inevitablemente su relación con los seres humanos.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

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