Pero si tú, santa sabiduría, tú que no pierdes jamás de vista a tus hijos,
los dejas que cometan faltas de negligencia y de error, ¿no pueden adquirir virtu- des dobles cuando vuelvan al camino recto? Tú puedes darles, al mismo tiem- po, los frutos del tiempo que han aprovechado y los frutos del tiempo que han perdido, ya que tú puedes, si quieres, abolir y borrar para ellos la diferencia de las horas. Pero estos desdichados no deben olvidar jamás en qué condiciones les será abolida esta diferencia de las horas. Sólo ocurrirá cuando cada parte de su ser se haya convertido en un órgano de dolor y de penitencia, pues, sin esta trans- piración aguda, se quedará en ellos la corrupción y les roerá hasta la médula.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .