Esta pequeña parte del cerebro es nuestra conciencia; ella es la sede del tiempo, la
medida, el espacio y el pensamiento. El tiempo es evolución, tanto biológica como psicológicamente; es el sol saliendo y poniéndose, es el sentido del devenir. La medida es “lo que es” y “lo que debería ser”, el ideal a ser alcanzado, el violento volviéndose pacífico, el constante y continuo lograr, llegar a ser; es la comparación, la imitación, la conformidad, lo mejor y lo máximo. El espacio es la vasta expansión de la tierra, de los cielos, y el pequeño espacio en las ciudades atestadas; y es el espacio, si es que hay alguno, en la conciencia. El pensamiento es el amo, es el factor dominante en la vida humana. No hay pensamiento oriental o pensamiento occidental, sólo hay pensamiento, que puede expresarse de muchos modos diferentes pero siempre sigue siendo el movimiento del pensar. El pensamiento es común a toda la humanidad, desde el hombre más primitivo al más altamente educado. El pensamiento ha puesto al hombre en la luna, ha construido la bomba atómica, ha edificado todos los templos, las grandes catedrales con todas las cosas que contienen y que llamamos sagradas: los rituales elaborados, los dogmas, las creencias, la fe, etcétera. Ha construido la computadora y el programa que ésta lleva adentro. Ha ayudado a la humanidad de incontables modos diferentes, pero también ha engendrado las guerras e inventado todos los instrumentos de muerte. Ha proyectado ideales, enorme violencia, torturas, ha separado a la humanidad en naciones, clases e innumerables religiones que han dividido al hombre contra sí mismo y han puesto al hombre contra el hombre. El amor no es pensamiento con sus recuerdos e imágenes.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .