El mundo está enfermo, y no hay nadie de afuera que pueda ayudarlo a uno,

excepto uno mismo. Hemos tenido líderes, especialistas, toda clase de agentes externos, incluyendo a Dios y no han tenido efecto, no han ejercido influencia alguna sobre nuestro estado psicológico. Ellos no pueden guiarnos. Ningún estadista, ningún maestro, ningún gurú, nadie puede hacer que en lo interno seamos fuertes y supremamente sanos. En tanto estemos en desorden, en tanto no mantengamos nuestra casa interna en una condición apropiada, en un estado correcto, crearemos el profeta externo, y éste siempre nos llevará por un camino engañoso. Nuestra casa está en desorden, y nadie en esta tierra o en el cielo puede producir orden en nuestra casa. A menos que uno comprenda por sí mismo la naturaleza del desorden, la naturaleza del conflicto, la naturaleza de la división, la casa de uno que es uno mismo- siempre permanecerá en desorden, estará en guerra.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

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