La mujer es estática, el hombre es dinámico. Por eso ves que las mujeres parecen
tan apacibles y que los hombres parecen tan inquietos. Incluso cuando eras un niño, un niño pequeño, un bebé, ya existía la diferencia. El bebé niño es muy inquieto, está tratando de agarrar esto, de agarrar lo otro, tratando de llegar a alguna parte; es un latoso. Y la bebé niña nunca es latosa; se sienta en silencio abrazando a su muñeca. Ella también es una muñeca, una tremenda apacibilidad. El principio del descanso es femenino y el principio de la inquietud es masculino, de ahí la redondez y la belleza de la mujer y el constante estado febril del hombre.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .