Consideremos ahora los factores en la reencarnación, toda vez que es preciso un conocimiento claro
de los mismos para explicar algunas dificultades, tales como la supuesta falta de memoria y otras con que tropiezan los que no están familiarizados con esta idea. El hombre, a su paso, después de la muerte, por Kamaloka y Devachán, pierde, uno después de otro, sus diversos cuerpos: el físico, el astral y el mental. Estos se desintegran todos, y sus partículas vuelven a mezclarse con los materiales de sus respectivos planos. La relación del hombre con el vehículo físico queda por completo destruida; pero los cuerpos astral y mental transmiten al hombre real, al Pensador, los gérmenes de las facultades y cualidades resultantes de las actividades de la vida terrestre, los cuales se almacenan en el cuerpo causal, como simiente de sus próximos cuerpos astral y mental. Así. Pues, sólo queda entonces el hombre real, el labrador que ha entrojado la cosecha para vivir de ella hasta su completa asimilación. Despunta el alba de una nueva vida, y tiene que partir de nuevo a su trabajo hasta el anochecer.
Annie Besant . La sabiduría antigua .