La terapia, la llamada terapia, está al servicio de la sociedad establecida. Está al servicio
de la muerte, del pasado. La oración no está al servicio de nadie. La oración es libertad. La oración es una manera de entrar en comunión con la totalidad, y entrar en comunión con la totalidad es ser sagrado. Dices: «Cuando estaba yo mismo en terapia, pasaba mucho tiempo orando. Con los años, me sentí mejor. Nunca supe si fue la terapia o la oración.» Fue inequívocamente la oración. «Como terapeuta, quiero incitar a otros a orar, pero me da vergüenza.» Lo entiendo, Sadananda. La oración se ha convertido en una palabra sucia. Da vergüenza hablar de la oración, da vergüenza hablar de Dios: la gente piensa que eres un poco excéntrico, loco o algo por el estilo. Pero no tengas miedo. Desecha esta vergüenza, ármate de valor. Habla de la oración; no te limites a hablar de la oración, entra en oración cuando el paciente esté contigo. Deja que el paciente sienta la atmósfera de la oración. Una vez, los discípulos de Jesús le preguntaron: «¿Qué es la oración?» Él simplemente se arrodilló; empezó a orar, con lágrimas brotándole de los ojos. Elevó los ojos al cielo y empezó a hablarle a su Padre..., que es solo un símbolo. Empezó a llamarle: «Abba.» Creó la atmósfera: ésa es la única manera de mostrar lo que es la oración. No hay otra manera. Si alguien te pregunta: «¿Qué es el amor?», sé amoroso. Abrázale, toma su mano, deja que tu amor fluya hacia él. Ésa es la única manera de decir lo que es el amor. Ésta es la única manera de definir lo indefinible. Entra en oración mientras estés ayudando a tu paciente. Simplemente arrodíllate. Puede que la primera vez el paciente se sienta extraño, un poco raro: «¿Qué está sucediendo?», porque ha venido con cierta idea de que tendría que tumbarse en un diván freudiano y diría todo tipo de tonterías, y el psicoanalista escucharía muy atentamente, como si estuviera transmitiendo un evangelio o una revelación. Ha venido con ciertas expectativas; no podrá creer lo que está sucediendo. Pero si hay oración, tendrá sus efectos: es una fuerza muy potencial. Cuando hay una persona orando, crea una vibración de oración a su alrededor. Y especialmente los pacientes son personas muy sensibles; por eso se han vuelto pacientes. ¡Recuérdalo! Son más inteligentes que la gente común, ¡por eso están enfermos! La gente común es tan insensible, tan insulsa, con la piel tan gruesa, que sigue cargando con todo tipo de tonterías sin ser perturbada por ellas. Sigue viviendo esta supuesta vida, sin sentido, sin siquiera tomar conciencia de su falta de sentido, su absoluta estupidez y absurdez. Recuerda siempre que el paciente es una persona más sensible que la gente común, más alerta; tiene más corazón para sentir. Por eso le resulta difícil adaptarse a la sociedad. La sociedad existe para lo más bajo, porque la sociedad existe para la masa, la caterva, el gentío. La sociedad es un fenómeno de rebaño. Siempre que haya alguien que sea un poco más inteligente, que tenga un coeficiente de inteligencia ligeramente más alto, que tenga algo más de potencial para el amor y para la poesía, se sentirá un poco inadaptado, no se sentirá en casa. Sufrirá al ver al mendigo en la calle, sufrirá al ver todos los tipos de explotación que existen, sufrirá al ver el estado de la humanidad y su degradación..., y todo esto se volverá demasiado. Empezará a perder la razón bajo esta carga. Recuerda que el paciente es más inteligente, más sensible, más vulnerable...; por eso es un paciente. Si creas el clima de la oración a su alrededor, puede que la primera vez piense que eres un poco raro, pero no te preocupes. Todo el mundo sabe que los psicoanalistas son un poco raros.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .