Semejantes facultades se utilizarán en una vida futura sobre la tierra, cuando el estudiante aplicado

renazca como genio y el devoto como santo. La vida celeste, no es, pues, un simple sueño, ni un paraíso oriental de molicie y abandono, sino un estado donde la inteligencia y el corazón se desenvuelven libres de las materias groseras y de los cuidados triviales de la tierra, el estado en que forjamos las armas para asegurar nuestro progreso futuro tras los rudos combates terrenales.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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