La adolescencia y la juventud no van a ser más que un desarrollo sucesivo de
todos estos gérmenes. Un régimen físico, casi siempre contrario a la naturaleza, va a seguir imponiendo a contrapelo el principio de su vida. Un régimen moral que destruye toda moral va a seguir perjudicando aún más a su ser interior y desviándolo de su línea, hasta tal punto que ni siquiera creerá que hay para él una línea a seguir. Su espíritu rechazará doctrinas de todo tipo por sus contradicciones o porque no le sirven nada más que para inducirlo a error. Absorberán su tiempo actividades ilusorias y le ocultarán en todo momento su verdadera ocupación.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .