Sai Baba le dijo, "Pero yo aparecí tres veces; no sólo una vez. La primera

vez que fui, yo era un mendigo y tú me dijiste, "¡Vete! ¡N o te acerques!" La segunda vez que fui, yo era una anciana, y ni siquiera me miraste, cerraste tus ojos; porque el discípulo tenía el hábito de no mirar a las mujeres, estaba practicando el no mirar a las mujeres; por eso cerró los ojos. Sai Baba le dijo, "Fui, pero ¿qué esperabas? ¿Tenía que haber atravesado tus ojos, tus ojos cerrados? Yo estaba allí, pero tú cerraste los ojos. Cuando me viste, cerraste los ojos. Luego, la tercera vez, llegué como un perro, y no me dejaste entrar. Te quedaste con un palo en la puerta".

Osho . Yoga: La Ciencia Del Alma Vol 1 .

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