En la distancia se oye el ulular de un búho, y llega una profunda respuesta

gutural desde el otro lado del valle. Todavía está amaneciendo. El ruido del día no ha comenzado y todo está muy quieto. Existe algo extraño y sagrado allí donde el sol se asoma. Hay una plegaria, un canto a la aurora, a esa extraña luz quieta. En esa madrugada la luz era suave, no soplaba una brisa y toda la vegetación, los árboles, los arbustos, estaban inmóviles, silenciosos, aguardando. Aguardando la salida del sol. Y quizás el sol no se levantaría aún por una media hora o algo así, y el amanecer estaba cubriendo lentamente la tierra con una extraña calma.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

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