Este principio general de que la fuerza pertenece al plano en que se engendra, tiene
un alcance inmenzo. Si la fuerza emitida está determinada por el anhelo de objetos materiales, obra en el plano físico y atrae al actor a este plano. Si aspira a objetos celestes, actúa en el plano devachánico y lleva al actor a este plano; y si la fuerza no tiene otro móvil que el divino servicio, se engendra en el plano espiritual y en nada puede sujetar al individuo puesto que nada ansía.
Annie Besant . La sabiduría antigua .