Nunca dejan de existir, pero simplemente con la observación, se rompe la identificación. Buda vivió
en su cuerpo durante cuarenta años tras su Iluminación; el cuerpo no había desapa¬recido. Continuamente durante cuarenta años estuvo hablando, explicando, haciendo que la gente comprendiera qué era lo que le había sucedido y cómo podía sucederles lo mismo a ellos. Estaba empleando su mente; la mente no había desaparecido. Y cuando regresó a su ciudad natal doce años después, reconoció a su padre, reconoció a su esposa, reconoció a su hijo. La mente estaba allí, la memoria estaba allí, pues si no, reconocerlos hubiera sido imposible.
Osho . Yoga: La Ciencia Del Alma Vol 1 .