El Karma es. Por tanto, la ley de causalidad, la ley de causa y efecto.
Formalmente la anunció el iniciado cristiano San Pablo: “No os engañéis. Nadie se burla de Dios; porque lo que quiera que el hombre siembre, aquello también recogerá.” El hombre admite constantemente fuerza en los planos donde funciona. Estas fuerzas que cualitativamente son efectos de sus actividades pasadas, resultan al mismo tiempo causas de él emanadas en cada uno de los mundos que habita. Producen determinados efectos tanto en él mismo como en los demás; y a medida que esas Causas, emanadas de él como de un foco, irradian por todo el campo de su acción, es responsable de los efectos que engendran. Así como el imán tiene su campo magnético, el ambiente en que todas sus fuerzas, mayores o menores, actúan según su potencia, cada hombre posee también un campo de acción en donde obran las fuerzas que emite. Estas fuerzas se trasmiten en líneas curvas que regresan al punto de partida, al foco del cual emanaron.
Annie Besant . La sabiduría antigua .