“No hay más que una manera de ver el Ser indemostrable, eterno, inmaculado, más elevado

que el éter, sin nacimiento, la gran Alma eterna... Esa gran Alma, sin nacimiento, es la misma que reside como alma inteligente en todas las criaturas vivas, la misma que mora como el éter en el corazón. ¡En él duerme! A ella están sometidas todas las cosas; es el Soberano Señor de todas ellas. No puede acrecentarse por las buenas obras ni disminuirse por las malas. Quien todo lo gobierna es el Soberano Señor de todos los seres, el conservador de todos, el puente y el soporte de los mundos que les impide caer y destruirse” (Brihadaranyakopanishad, IV). iv. 20-22 Trad. Del Dr. E. Roer).

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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