La noche es símbolo de oscuridad y también de interioridad, donde se produce el combate
espiritual. Así Jacob, en su lucha nocturna con el ángel, lucha contra los reflejos, contra la multiplicidad de aspectos existenciales que ocultan la unidad, así como contra la limitación de lo antropomorfo y resiste por el recuerdo de su naturaleza primordial humana, sintetizada en lo libre, hasta el amanecer, en que se retira su oponente, la lucha con el ángel que se le manifiesta como hombre en la soledad de la noche; y así, cuando su oponente le pide que lo deje ir y él le exige su bendición, éste le da un nombre (Israel) que por su terminación es un nombre divino, que podría traducirse por "hombre en quien está el espíritu, o el aliento, de Dios (Él)", el cual, manifiesta la unidad que trasciende los aspectos múltiples de la realidad, porque Jacob ha vencido en esta batalla, lo que lo hace heredero del Dios de sus padres, de Abraham e Isaac. También "Abram", después de vencer a los reyes, recibe otro nombre, junto con la promesa –por la cual es padre de su tradición (abrahámica)– que se traduce en posteridad, física y espiritual; lo que ocurre después de la bendición que le otorga Melkitsedeq en el nombre del Dios Altísimo (El–Elion), el que excede la manifestación, el no–actuante, en realidad más allá de la distinción entre "alto" y bajo", nombre trascendente que está en la vertical de la inmanencia en el centro del estado humano, siendo su valor numérico igual al de Emmanuel (Dios en nosotros o con nosotros). Jacob vio abrirse la puerta de los cielos (comunicados por la escala axial), mientras "YHVH estaba junto a él", en Beith–El, cuyo antiguo nombre era Luz, o morada de inmortalidad, es decir, la inmanencia de la Tierra de los Vivos, o de otro estado de ser que corresponde a la plenitud del hombre verdadero, el cual está efectivamente en la vertical del "Hombre trascendente" o universal que es el Verbo divino, o que es el intermediario arquetípico, o el arquetipo del hombre, o de todo estado central en el Universo; el arquetipo de la mediación y por lo tanto el que lleva a la identidad una, o a la identidad principal. Esa realidad solar que encarnará Jacob en tanto que padre de las doce tribus es asimismo central.
Jose Manuel Rio . ACERCAMIENTO A LA CABALA: Sobre el Arbol de la Vida Sefirótico .