Crookes reconoce que la aparición espectral de Catalina King es una entidad, pero recela que

no tenga alma y esté animada aquella figura de hermoso cutis por el médium y los concurrentes. También los eruditos autores de El universo invisible dan de mano a su hipótesis electrobiológica y vislumbran la posibilidad de que el éter universal sea el álbum fotográfico de En-Soph, el infinito Ser. Muy lejos estamos de asegurar que todos los espíritus comunicantes de las sesiones espiritistas pertenezcan a los órdenes de elementales y elementarios, pues muchos de ellos, sobre todo los que hablan por boca y escriben por mano del médium, aparte de otras operaciones, son espíritus de difuntos cuya bondad o malicia depende del carácter moral del médium, del ambiente colectivo de los circunstantes y, mucho más todavía, de la intensidad e índole del propósito. Nada serio puede esperarse cuando la sesión no tiene otro objeto que satisfacer la curiosidad y pasar el tiempo; pero tampoco crea nadie que un espíritu sea capaz de materializarse en carne y hueso, pues lo más que pueden hacer es proyectar su imagen etérea en las ondas atmosféricas, de modo que tanto el cuerpo como el traje causarán al tacto una sensación semejante a la brisa y no la de un objeto densamente material. Es inútil atribuir naturaleza humana a los “espíritus materializados en quienes se advertían los latidos del corazón, y que hablaban con voz sonora, unas veces valiéndose de trompetilla y otras sin haber de recurrir a este instrumento. Difícilmente se olvidan una vez oídas las voces, si cabe darles este nombre, de las apariciones espectrales. La voz de los espíritus puros semeja el trémulo murmullo de una lejana arpa eólica. La voz de un espíritu en pena, y por lo tanto impuro, si no maligno, puede compararse a la voz humana que saliese del fondo de un tonel vacío. Esta filosofía no es nuestra, sino la de muchísimas generaciones de magos y teurgos que la fundaron en la experiencia. El testimonio de la antigüedad es irrecusable en este punto: ... ... ... (40). Las voces de los espíritus son inarticuladas. La voz de los espíritus consiste en una serie de sonidos de efecto semejante al de una columna de aire comprimido que, ascendiendo de abajo arriba, se derramara en torno del oyente. En el caso de Isabel Eslinger, todos cuantos presenciaron la aparición (41), atestiguaron que habían visto como una columna de nubes. Durante once semanas seguidas observaron diariamente esta aparición, el doctor Kerner y sus hijos, varios sacerdotes luteranos, el abogado Fraas, el grabador Düttenhöfer, los dos médicos Siefer y Sicherer, el juez Heyd, el barón de Hugel y muchas otras personas. Mientras se manifestaba el espectro, permanecía Isabel en su celda orando sin cesar en voz alta, y como al propio tiempo hablaba la aparición, no podía ser un caso de ventriloquismo, aparte que, según los testigos, nada tenía aquella voz de humana ni nadie era capaz de imitar su timbre.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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