El tiempo es pensamiento. El tiempo es pasado. El tiempo es motivo. Sin motivo alguno,
¿puede haber cambio? ¿Acaso la misma palabra motivo no implica ya una dirección, una conclusión? Y cuando hay un motivo, realmente no existe cambio alguno en absoluto. El deseo es, por otra parte, una cosa bastante compleja, compleja en su estructura. El deseo de producir un cambio, o la voluntad de cambiar, se convierten en el motivo y, por tanto, ese motivo distorsiona aquello que ha de experimentar el cambio, aquello que ha de terminarse. La terminación de algo no contiene tiempo.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .