Una vez hayáis entrado en este Reino, una vez respiréis su frescura, quietud y sosiego,

ya no os será posible olvidar las cosas reales, las cosas que son el aliento de vida, las cosas importantes. Ya nunca más dudaréis ni volveréis a sufrir. Sólo entonces conoceréis que no seguís ciegamente ajenos pasos, pues sólo entonces seguiréis a lo Absoluto, a lo Eterno. Solamente entonces seréis uno con Él que tiene Su ser en todas las cosas. Sólo entonces podréis persuadir y tener la lengua de erudito, el corazón de sabio y el compasivo. Sólo entonces seréis capaces de enseñar realmente a las gentes lo que significa librarse de la tristeza, de todas las menudencias que los perturban y abaten en su vida diaria.

Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .

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