Pero antes de resolver la cuestión de si los espectros zoóticos, con tanta frecuencia aparecidos,

están animados por el espíritu del animal, conviene examinar cuidadosamente su manera de conducirse. ¿Proceden estos espectros en armonía con las costumbres, instintos y características de sus congéneres en vida? ¿Muestran los fieros su natural acometividad y los mansos su peculiar timidez, o bien se descubre en estos contrariamente a su índole la maligna disposición de molestar al hombre en vez de rehuir su presencia? Muchas víctimas de estas obsesiones, como por ejemplo en el caso de Salem y otros hechizos igualmente comprobados, afirmaron haber visto entrar en sus aposentos fantasmasde perros, gatos, cerdos y otros animales, que se les subían a la cama y les hablaban incitándoles al suicidio y otros crímenes. En el auténtico caso de Isabel Eslinger, descrito por Kerner, el espectro del cura de Wimmenthal ( 43) iba acompañado de un enorme perro negro, que, según declaración de numerosos testigos, saltaba a las camas de los presos. En cierta ocasión se apareció el cura con un cordero y en otra con dos. Además, la mayor parte de los acusados en el proceso de Salem confesaron que por encargo de la hechicera habían hecho sortilegios y maquinado maldades valiéndose de unos pájaros amarillos que se les posaban en los hombros y en las vigas del techo (44). Por lo tanto, so pena de invalidar los múltiples testimonios de todo país y época y atribuir el monopolio de la clarividencia a los modernos médiums, hemos de reconocer que los espectros de animales denotan los peores rasgos de la más depravada naturaleza humana, a pesar de no ser en modo alguno humanos. ¿Qué serán, entonces, sino elementales? Descartes fue uno de los pocos que se atrevieron a decir que a la medicina oculta se le deberían descubrimientos destinados a dilatar los dominios de la filosofía; y Brierre de Boismont, no sólo compartía esta esperanza, sino que explícitamente manifestaba sus simpatías por el supernaturalismo a que llamaba el “magno credo universal”. Dice a este propósito: “Creo, de acuerdo con Guizot, que la existencia de la sociedad está íntimamente ligada a lo sobrenatural y es inútil que el racionalismo moderno lo rechace por no saber explicar las íntimas causas de los fenómenos a pesar del positivismo de que alardea. Lo sobrenatural está universalmente arraigado en el fondo de todos los corazones. Los hombres de mayor talento son sus más ardorosos discípulos (45).

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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