Cuando al altar vengáis con semejante don, por pequeño que sea, será valioso, porque significará
que habéis aprendido a dar cosas aceptables, valiosas y dignas. Y como antes dije, ha de llegar y llegará un día en que aquella Voz, aquel Tirano, os diga que renunciéis a todo y que sigáis; y debéis estar preparados para entonces. Habéis de tener vuestro jardín bien escardado y cultivado con las flores dispuestas para ser cortadas. Entonces podréis dar vuestra devoción, vuestra inteligencia con mayor conocimiento y certidumbre de que serán utilizadas porque las disciplinasteis, las cultivasteis, y sabéis cuáles son sus capacidades, y que sois los dueños de ellas. Y cuando hagáis un sacrificio (si a esto se le puede llamar sacrificio, pues seguís vuestro gusto, vuestra dicha, y en esto no hay sacrificio), cuando vengáis con las flores al templo, el Sumo Sacerdote de este templo, que es vuestra Voz interna, vuestro Gobernador y Legislador, las tomará y utilizará, las nutrirá y hará más hermosas, y alentará en ellas y les infundirá Divinidad.
Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .