Estas especulaciones soteriológicas abundan en la literatura alquímica occidental, y C. G. Jung ha demostrado

magníficamente su importancia y amplitud. Por cuanto a nosotros se refiere, preferimos insistir sobre la extrema antigüedad de las premisas de esta soteriología alquímica. La imagen de la Madre Tierra, preñada de toda suerte de embriones, ha precedido a la de la Naturaleza, como había precedido a la de la Sophia. Importa, por tanto, volver sobre este simbolismo, sumamente antiguo, en el cual la tierra era asimilada al Vientre de la Madre, las minas a su matriz y los minerales a los «embriones». De aquí depende toda una serie de ritos mineros y metalúrgicos.

Mircea Eliade . Herreros y alquimistas .

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