Sí, instructores ciegos, ignorantes o que presumís demasiado de vuestras fuerzas y vuestras luces, os
arrepentiréis algún día de haber abusado de las almas. No bastaba con que, como consecuencia del crimen primitivo, estuviesen bajo el yugo del septenario temporal que las distrae y las desvía continuamente de la sencillez de su línea, sino que las tendréis aún más apegadas a lo exterior con todas vuestras imágenes y vuestros símbolos y hasta es posible que terminéis separándolas por completo, alejándolas totalmente de ese punto central e invisible que es el único lugar de reunión que tenemos aquí abajo en nuestras tinieblas. Pues el alma mal dirigida encuentra aún más dificultades y el aislamiento de este septenario temporal. Esto es lo que hace que, por nuestra fuerza y nuestra imperiosa impaciencia, hagamos nosotros mismos nuestra existencia cien veces más desgraciada que la de las bestias.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .