Las cosas pasan así generalmente. Una persona exclama: “!Oh, querido! Es extraño que la señora
tal tenga tan mal carácter. ¿Sabe usted que antes de ayer hizo esto o aquello, y he oído decir que ella, etc., etc.? ¿No es esto terrible?” Y esto lo repite cada persona a sus treinta o cuarenta amigos más queridos; de suerte que en pocas horas muchos cientos de personas hacen converger una corriente de pensamientos de malicia y de irritación sobre la infortunada víctima. ¿Qué puede admirarnos si esta persona justifica pronto sus juicios y les da un nuevo ejemplo de mal carácter del que ellos puedan disfrutar?.
C. W. Leadbeater . El Pensamiento su Poder Y Su Empleo .