La marcha del mundo es cíclica. Las razas futuras serán reproducción de otras hace siglos

desaparecidas, mientras que la nuestra acaso reproduce la existente diez mil años atrás. Tiempo ha de llegar en que reciban su merecido cuantos hoy detractan úblicamente a los herméticos, pero que en privado consultan sus polvorientos volúmenes para plagiar sus ideas. A este propósito exclama honradamente Pfaff: “¿Quién ha tenido tan claro concepto de la naturaleza como Paracelso? Fue el audaz fundador de la química médica y de innovadoras escuelas, victoriosas en la controversia, y uno de los pensadores que dieron más acertada orientación al estudio de la naturaleza de las cosas. Lo que en sus obras dice acerca de la piedra filosofal, de los pigmeos y gnomos, de los homúnculos, del elixir de larga vida y demás temas hoy aducidos por sus detractores para regatearle méritos, no pude debilitar nuestro agradecimiento y admiración por sus obras y por su noble vida” (14).

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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