Solamente entonces podréis daros cuenta de la dicha o del infortunio de los demás. Quienes

de nosotros buscamos este Reino no debemos esclavizarnos a tradiciones antiguas o recientes sino que debemos vivir una nueva vida porque hemos comprendido el propósito o finalidad de la vida. Quienes aquí vengan si vienen a vivir y trabajar, si vienen a aprender a sufrir, porque no han sufrido antes, si vienen en busca de placeres y dichas de la Divinidad, han de estar inspirados por esta única Ley y deben entrar en este único Reino de la Felicidad. Todos debemos estar animados de la misma esperanza, de la misma vivacidad, aunque nos envuelvan las nubes y quedemos un momento sin sol. Este lugar debe producir nueva energía creadora, nuevas ideas de vida, antiguas y olvidadas soluciones de nuestros modernos problemas, un más puro aliento de vida cuya fragancia embriague al mundo.

Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .

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