Entonces es cuando la Divinidad empieza a hacer realmente su entrada en nosotros y tenemos

la esperanza de ver descender, para establecerse en nosotros, los tres principios Divinos, para producir con su indisolubilidad suprema una unión íntima de los tres principios que nos constituyen personalmente, unión que ha de hacer de los tres principios uno solo y manifestarlos siempre en esta unidad fuerte y armónica en cualquier lugar, en cualquier circunstancia, en cualquier obra y en cualquier parte de nosotros mismos en la que tengamos necesidad de ella.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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