Hombre nuevo, ¿por qué marcha el reparador así al suplicio, entre dos ladrones, si no

es para demostrar que no venía más que a romper la iniquidad? ¿Pero cuál es esta iniquidad que tiene que romper? Eres tú mismo o el alma del hombre lo que te ha transformado en mentira y en abominación, porque hoy debe pasar por ti para ir a atacar al enemigo, lo mismo que en otro tiempo habría pasado por ti para ir a llevarle ayudas y luces. La ley no ha cambiado, aunque el objeto de la ley ya no sea el mismo. ¡Y tú, desdichado mortal, tú, a quien el reparador no tiene miedo a atravesar aunque no seas más que iniquidad, tendrás miedo a atravesar con él las iniquidades que te rodean, esas iniquidades que no puedes romper ni disolver sin él, esas iniquidades que él viene a disolver de acuerdo contigo, pidiéndote solamente que le dejes entrar en ti bajo la figura de un criminal y caminar al suplicio contigo!.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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