Cuando tan insigne filósofo como Enrique More da semejante testimonio, bien vale decir que fundamos

sólidamente nuestra opinión. Investigadores muy eruditos, pero también muy escépticos en lo referente a los espíritus en general y a los de los difuntos en particular, se han devanado los sesos durante los últimos veinte años para dar nombres nuevos a una idea antiquísima. Según Crookes, Sergeant y Cox, la causa de los fenómenos es la “fuerza psíquica”; Thury la llama psícoda o fuerza ectérnica; Balfour Stuart, fuerza electro-biológica; Faraday, tan insigne físico como torpe psicólogo, “acción muscular inconsciente” y “cerebración inconsciente”, con otras denominaciones por el estilo; Hamilton, un pensamiento latente; Carpenter, “idea motora capital”. Tantos científicos, tantos nombres.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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