Y es en la manifestación del nombre de Dios donde se encuentra la plenitud de

su gloria y esta manifestación no puede tener lugar entre las naciones, si no es por medio del pueblo que él ha elegido para este cometido, es decir, por medio del hombre. Por eso es por lo que no deja de pedir a este hombre refractario que se ocupe de su sagrado destino.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

Índice