Todos los hombres pueden hacer esta observación en sí mismos, estando bien seguros de que,
con cuidado y atención, oirían todas las respuestas que tendrían que dar en cualquier circunstancia, si estuviesen más acostumbrados a escrutar y aprovechar las luces del hombre nuevo e, imitando a los discípu- los del reparador, podrían contar con que si, cuando los persiguen en un pue- blo, se van a otro, no habrían acabado de recorrer todos los pueblos de Israel en los que no estuvo el hijo del hombre, es decir, no habrían recorrido asi todas las casas del hombre en las que el hombre nuevo no se dio a conocer en ellos y no los recompensaría con su venida de todas las humillaciones que habrían sufrido.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .