En tanto el corazón no haya alcanzado la tranquilidad absoluta, no puede moverse. Uno mueve

el movimiento y olvida el movimiento; esto no es el movimiento en si mismo. Por tanto, se dice: si, cuando estimulado por cosas externas, uno se mueve, es el impulso del ser; si, cuando no estimulado por cosas externas, uno se mueve, es el movimiento del cielo.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

Índice