Así pues, si Dios debe decir su palabra en el alma, es preciso que ésta

haya llegado a la paz y al reposo: ¡entonces él dice su palabra y se dice a sí mismo en el alma, no una imagen, sino él mismo! Dionisio dice: Dios no tiene ni imagen ni figura de él pues él es en sí esencialmente "todo" bien, toda verdad y toda esencia. Dios efectúa todas sus obras, tanto en él como fuera de él, en un instante. No te imagines que cuando Dios hizo el cielo, la tierra y todas las cosas, hacía hoy una cosa y otra mañana. Es cierto que esto es lo que escribió Moisés: ahora bien, él sabía mejor como había sido, pero lo escribía para unas gentes que de otra forma no podrían comprenderlo. Por su parte Dios sólo hizo una cosa: ¡quiso y fueron! Dios actúa sin intermediario y sin imagen. Cuanto más libre de imágenes estás, más preparado estás para recibir su acción y cuanto más vuelto hacia el interior y más olvidadizo, más cerca estas de él. A propósito de esto, Dionisio exhortaba a su discípulo Timoteo diciéndole: "¡Querido hijo Timoteo, con el espíritu libre de preocupaciones debes elevarte por encima de ti mismo y por encima de las potencias de tu alma, por encima de toda forma y de toda esencia, en la silenciosa obscuridad escondida, para llegar a un conocimiento del Dios desconocido supradivino! Para esto es preciso un desapego de todas las cosas: a Dios le repugna actuar entre toda clase de imágenes.".

Meister Eckhart . Del Nacimiento Eterno .

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