Con frecuencia, faltos de voluntad, debilitados por el abandono pasivo de su cuerpo a la

ocupación temporal de otras entidades desencarnadas, quedan poseídos por esos seres malos y arrastrados a la intemperancia y a la locura. Los asesinos ejecutados, llenos de terror, de odio y de venganza in—saciados, renuevan sin cesar su crimen por impulso maquinal y reproducen mentalmente los terribles sucesos, envolviéndose en una atmósfera de pensamientos—formas (formas creadas) de crimen.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

Índice