Por su velocidad y sutilidad, estas vibraciones que modelan en pensamientos—formas la materia del plano
mental, dan también nacimiento a exquisitas coloraciones constantemente cambiantes: ondas de tintes varios como las irisadas del nácar, pero etéreas y luminosas en grado incomparable, que resbalan sobre todas las superficies y penetran todas las formas, de modo que cada una de ellas ofrece una armonía de colores tornasolados, vivos, luminosos y delicados, como no se conocen en la tierra.
Annie Besant . La sabiduría antigua .