Con todos mis siglos de experiencia, no puedo más que decirte a modo de estímulo,

que mi corazón se desborda de alegría con tu aproximación a la toma del Cetro del Dominio. ¡Avanza, mi bravo! ¡No vaciles! ¡Empuña tu Cetro de Dominio! Levántalo, porque «YO SOY» el Cetro, la Llama Inextinguible, la Luz Deslumbrante, la Perfección, que una vez conociste: ¡Ven! Déjame sostenerte en mi fuerte abrazo, que donde ha habido dos por tanto tiempo haya solamente uno, «YO SOY». «YO SOY» el Sabio, el Constructor, la Perfección expresada ahora.

Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .

Índice